Hecho. No fue disuadido por su castigo, ni por la amonestación de Jeremías, xxxvii. 2., y 2 Paralipomenon xxxvi. 12. El profeta nos informa que los sacerdotes y el pueblo profanaron el templo de Dios. Ver Ezequiel viii., & C. (Calmet)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad