Ella. La había visto en algunas ocasiones solemnes, en las que se dejaba salir a las vírgenes, muy concurridas. En otras ocasiones estaban tan estrictamente vigilados, que Amnón pensó que era casi imposible satisfacer su pasión, (Calmet) que lo hacía palidecer. Luego fingió estar más enfermizo de lo que realmente era, ver. 6. (Haydock)

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