Muerte del alma, (San Jerónimo) y también del cuerpo, si se detecta adulterio. ¡Cuánto supera Susanna a la célebre Lucrecia, que se mató para demostrar que no había consentido en su violación! Si adultera cur laudata? Si pudica cur occisa? (San Agustín, Ciudad de Dios i. 19; San Ambrosio, de Sp. Iii. 3.) (Calmet)

Continuar. El diablo había seducido a nuestros primeros padres en forma de serpiente e hizo que la mayoría de las naciones la adoraran. (Calmet) --- Esperaban beneficiarse o ser preservados del daño. (Valer. I. 8; San Agustín, de Civ. Dei. Xiv. 11.) (Worthington)

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