El cuarto reino, etc. Algunos entienden esto de los sucesores de Alejandro, los reyes de Siria y Egipto; otros, del imperio romano y sus guerras civiles. (Challoner) --- La primera suposición parece la mejor, aunque la última es recibida casi universalmente y se explicará más adelante. (Calmet) --- El imperio romano no surgió inmediatamente del de Alejandro, y no tenía relación con los judíos, etc.

(Grocio, L'Empereus.) --- Pero seguramente se tragó todo lo que había dejado a sus generales, y resultó ser el mayor flagelo para la nación judía; que ha sido esparcido desde entonces, mientras el reino de Cristo gana terreno, y florecerá hasta que el de Roma no exista más. Entonces, el Anticristo parecerá arrojar una nube, pero no la destruirá durante tres años y medio. Es la opinión de muchos Padres, etc.

que el Imperio Romano subsistirá hasta que ocurra ese evento; (ver 2 Tesalonicenses ii. 3. 7.) y así se puede decir, que el cuarto imperio no será entregado a otro pueblo. Porque el anticristo no se esforzará por exaltar a una nación en particular, sino por gobernar sobre todos. Sin embargo, su dominio será breve y terminará en la disolución general de la naturaleza; de modo que se puede considerar que el imperio romano durará mucho tiempo, o incluso para siempre.

(ver. 44.) Aquellos que adoptan el primer sistema, permiten (Haydock) que la piedra designa tanto al imperio romano como al de Cristo; de modo que algunas partes de la predicción pueden referirse a una y otras a la otra. El origen y progreso del imperio romano, podría ser una figura del poder espiritual de la Iglesia. Es cierto que los sucesores de Alejandro debieron su dominio a su valor y lo establecieron mediante la matanza de muchos grandes generales.

Los reyes que siguieron a Seleuco y Ptolomeo fueron notables por una mezcla de buenas y malas cualidades. Sus esfuerzos por preservar su poder mediante matrimonios mixtos resultaron infructuosos. El profeta también parece haberlos tenido en cuenta, Cap. vii. 7. y viii. 22. (Calmet)

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