Pelado, con máquinas portadoras de guerra y cargas desde hace trece años. --- No hay recompensa que valga la pena el trabajo. La nueva ciudad se rindió en términos, (Calmet) o los ciudadanos enviaron sus bienes más valiosos y se retiraron a Cartago, etc. Dios da una recompensa temporal por las virtudes morales, (San Jerónimo) incluso a los infieles. (Worthington) --- Así recompensó a los antiguos romanos y a las parteras. (San Agustín, Ciudad de Dios v. 12 .; y Santo Tomás de Aquino, [Summa Theologiae] i. 2. q. 114. a. 10.) --- No tenían intención de agradar a Dios, (Calmet) o de dirigir sus labores para su servicio. (Haydock)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad