Mi pacto, que serás salvo, en medio de la ruina general. Este es el segundo pacto de Dios con los hombres: el primero fue con Adán, el tercero con Abraham, cuando se instituyó la circuncisión, y el último con Moisés, Éxodo xix. Todos los demás fueron solo ratificaciones de estos; e incluso estas fueron sólo figuras de lo que nuestro Salvador hizo con los hombres, cuando se comprometió a dar satisfacción por ellos a su Padre. (Calmet)

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