Confusión. Por eso denota desdeñosamente a los baales, cap. iii. 24. (Calmet) --- Varios ídolos eran objeto de adoración, (Haydock) de modo que ninguna ciudad o calle, quizás ninguna casa, era pura, cap. vii. 18. y xliv. 17., Isaías lxv. 11., y Ezequiel xvi. 25.

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