Con él, y esfuércese por complacerlo. ¡Horrible blasfemia! de lo cual Job fue incapaz: como si Dios fuera un amo cruel, y nos arrojara a la desesperación. Él había afirmado que Dios castiga a los malvados y, a menudo, trata a sus amigos con la misma severidad (cap. Ix. 22. y xxx. 26.) en este mundo: lo cual es muy cierto. (Calmet) --- Septuaginta, "No digas que el hombre es visitado. De hecho, es visitado por el Señor". (Haydock) --- Eliu arranca las palabras de Job, para que pueda tener algo que decir en su contra. (San Gregorio xxiv. 25.) (Worthington)

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