En ese momento, no precisamente, ya que de lo contrario los hombres que cerraron las puertas debían haberlos visto, pero en ese momento, (Calmet) Rahab finge que los espías habían salido de su casa y habían dirigido su curso hacia la puerta, de modo que ella sin duda, pero fácilmente podrían alcanzarlos. (Haydock) --- A pesar de esta mentira oficiosa, que es un pecado venial, San Pablo y Santiago testifican que ella fue justificada por su fe en Dios y por sus buenas obras hacia estos hombres.

Véase San Agustín, contra Mend. 17. y nota sobre Santiago ii. 25. (Worthington) --- Rahab podría suponer que una mentira oficiosa no era un pecado, (Menochius) ya que muchos hombres grandes y eruditos parecían haber mantenido esta doctrina. Véase Grocio, Jur. iii. 1. 9 .; Orígenes, contra Cels. iv. pag. 171 .; San Crisóstomo, hom. 53, Génesis. Estaba tan lejos de tener la intención de hacer daño a nadie, que consultó el bienestar tanto de sus invitados como de sus compatriotas, quienes, si hubieran detectado a los espías y cometido el asesinato, habrían provocado una mayor destrucción sobre ellos mismos, como no pudieron escapar de la ira de Dios. (Calmet)

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