Así, & c. Los refractarios iban a ser eliminados, capítulo xx. 18. Se pensó que el bebé estaría en peligro; y por eso los judíos castigaron con la muerte al hombre cuyo hijo nació cojo. San Agustín (q. 64) cree que esta ley todavía está en vigor; y algunos acusan al que lo descuida, como culpable de un pecado venial. (Bonfrere)

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