Legítimamente. De acuerdo con la ley, que decide que, si el primogénito se deforma, le sucederá el siguiente, cap. xxi. 18. En hebreo, "el sacerdote de sus hijos, que es ungido en su lugar, lo ofrecerá". No se hace mención de que esté caliente, ni aquí ni en la Septuaginta. (Haydock)

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