Ahora al que obra, etc. una recompensa puede considerarse como debida por sus obras, y no otorgarse a él como un regalo gratuito; pero cuando se dice que creyó y fue justificado (esta creencia o fe siempre fue un don generoso de Dios) y cuando no se hace mención de sus obras, parece que tal justificación y santificación no son de las obras de los escritos ley, ni de ninguna obra que pudiera hacer por sí mismo, sino que sean según el propósito o decreto de gracia.

(Witham) --- Un hombre así, dice el apóstol, desafía su recompensa como una deuda, debido a su propio desempeño; mientras que el que no obra, es decir, el que no presume de ninguna obra hecha por su propia fuerza; pero busca la justicia por la fe y la gracia, es gratuitamente justificado por la gracia de Dios. (Challoner)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad