pero no busques Betel, donde la idolatría se practicaba tan abierta y blasfemamente, ni entres en Gilgal, otro centro de adoración de ídolos, y no pases a Beersheba, en el extremo sur de Canaán, donde evidentemente se había erigido otro altar a los ídolos; porque Gilgal ciertamente irá al cautiverio, sus ídolos no podrán salvarlo, y Betel será destruida, su adoración pagana no podrá salvarla.

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