Con el fallecimiento de Josafat, se estableció otro período de degeneración y oscuridad para el reino de Judá. Le sucedió su primogénito, Joram, que parece haber sido un hombre de naturaleza absolutamente malvada. Intentó asegurar el trono mediante el asesinato de sus hermanos. Quizás el secreto de sus malas acciones radica en el hecho de que tomó por esposa a la hija de Acab. Ese parecería ser el pensamiento del cronista expresado en las palabras: "Anduvo en los caminos de los reyes de Israel, como lo hizo la casa de Acab, porque tenía a la hija de Acab por esposa". Los problemas cayeron sobre su reino con la revuelta de Edom y la invasión de los filisteos y los etíopes.

En medio de su maldad, recibió un mensaje escrito por Elías, el profeta del fuego, quien había ejercido una influencia tan poderosa contra Acab en el reino de Israel. Contenía un terrible mensaje de juicio, que se llevó a cabo plenamente después de ocho años de reinado. Tan malvados fueron sus caminos que la nación lo aborreció, y se escribieron las trágicas palabras sobre su muerte: "Se fue sin ser deseado".

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