El incidente de la natación de la cabeza del hacha de hierro es interesante, pero bastante secundario. El valor principal de la historia radica en su revelación de la influencia que ejercía Eliseo en la nación. El crecimiento de la escuela de los profetas fue muy notable. Era necesario que ampliaran sus fronteras, ya que no tenían espacio para vivir. Su relación con Eliseo es claramente manifiesta.

En una hora de peligro nacional, se elevó por encima de las obras más suaves que eran características principales de su ministerio. Revelando los planes de los sirios, salvó a su pueblo del peligro. La imagen del profeta encerrado en la ciudad en compañía de su sirviente es muy hermosa, ya que saca a la luz hechos de los que Eliseo estaba consciente, pero que normalmente no eran vistos por hombres cercanos a él.

Cuando su criado gritó desesperado por la situación de peligro, Eliseo oró para que se le abrieran los ojos; y se le apareció al tembloroso aquello de lo que el profeta estaba perpetuamente consciente, la presencia de las huestes llameantes de Dios a su alrededor.

Es en una conciencia como ésta que un hombre es fuerte. Si actúa en cooperación con Dios, sabe que el infierno está cerca, pero Dios está más cerca, rodeándonos con huestes de fuego.

El sitio de Samaria por los sirios provocó un estado de hambruna que resultó en las condiciones más espantosas. Cuando una mujer en su dolorosa angustia apeló al rey, se enojó con Eliseo. Con toda probabilidad, Josefo tiene razón cuando sugiere que su ira se encendió porque Eliseo no hizo nada para aliviar la situación.

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