Tras la liberación de la opresión de Madián, Gedeón tuvo que lidiar con problemas internos. El pueblo de Efraín objetó que no los había llamado en su ayuda. Los hombres de Sucot y Penuel se negaron a ayudar en una hora de crisis. El método de Gedeón con Efraín fue conciliador y el de los hombres de Sucot y Penuel fue severo.

Las últimas cosas que leemos sobre Gedeón están llenas de interés: una se caracteriza por una gran nobleza, la otra es una revelación de la debilidad que generó problemas. Cuando la gente virtualmente deseaba hacerlo rey, él se negó y en su negativa manifestó su desinterés y su reconocimiento de que Dios era suficiente como Rey. Por otro lado, su elaboración de un efod sugiere que asumió algunas de las funciones del sacerdocio. Si bien esto probablemente se hizo por un sentimiento de fracaso religioso de la gente, el efecto producido fue maligno y resultó en el deterioro del carácter del propio Gedeón.

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