Las mujeres regresaron a la pobreza, donde se enfrentaron con los problemas prácticos de la vida. Estos, por supuesto, se volvieron más difíciles por el hecho de que Rut era moabita. Sin embargo, fue ella quien enfrentó la lucha y salió como espigadora para recoger lo que fuera suficiente para su sustento actual.

El lado humano de las cosas está bellamente expresado en las palabras: "Su suerte fue iluminar la porción del campo que pertenece a Booz". Todos los asuntos revelan la supremacía divina.

En esta historia de Rut recogiendo los principales centros de interés en Booz. Las líneas de su imagen son pocas, pero son fuertes y se revela un hombre de buena calidad. Su saludo a sus obreros, "Jehová esté con ustedes", y su pronta respuesta, "Jehová los bendiga", revelan la feliz relación entre él y los que le sirven y le muestran un hombre de vida religiosa fuerte pero natural. Su presencia en el campo, supervisando los asuntos de la cosecha, y su rápido reconocimiento de la chica extraña que rebusca, muestran al hombre de capacidad comercial. Entonces todo el resto de la historia evidencia la bondad de su temperamento y la grandeza de su corazón.

Con toda probabilidad él sabía que una mujer moabita no sería muy cordialmente bienvenida entre su pueblo, y por eso la proveyó con asiduo cuidado. Su influencia se ve a la vez en la ausencia de objeciones entre la gente y su disposición a cooperar con él.

En resumen, Booz se destaca como un hombre de la más fina fibra, simple y que vive fuertemente en una época degenerada.

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