Salmo 110:1-7

1 Salmo de David. El SEÑOR dijo a mi señor: “Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos como estrado de tus pies”.

2 El SEÑOR enviará desde Sion el cetro de tu poder; domina en medio de tus enemigos.

3 En el día de tu poder tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en la hermosura de la santidad. Desde el nacimiento de la aurora tú tienes el rocío de la juventud.

4 El SEÑOR juró y no se retractará: “Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec”.

5 El Señor está a tu mano derecha; aplastará a los reyes en el día de su ira.

6 Juzgará entre las naciones; las llenará de cadáveres. Aplastará a los jefes sobre la extensa tierra.

7 Beberá del arroyo en el camino, por lo cual levantará su cabeza.

Este salmo es puramente mesiánico y siempre se consideró así. Cuando Jesús lo citó en su conversación con los gobernantes, es perfectamente evidente que ellos lo vieron bajo esa luz. Es igualmente cierto que lo utilizó en ese sentido. Si bien creemos que la autoría de muchos de estos salmos es incierta, afirmamos que las palabras de Jesús ponen la cuestión de la autoría en este caso más allá de toda discusión. Entonces la belleza de la canción se ve en toda su plenitud. David el rey, canta de Otro como Señor, y por lo tanto superior a él mismo.

En la primera mitad del cántico (vv. Sal. 110: 1-4) canta sobre la relación del Rey venidero con Jehová. La segunda mitad (vv. Sal. 110: 5-7) habla del poder y la victoria del Rey designado. Esta división está claramente marcada por los nombres del salmo. “Jehová dijo a Adonahy”, “Jehová enviará”, “Jehová ha jurado, y no se arrepentirá”, “Adonahy a tu diestra”. Ambos nombres o títulos se usan a menudo por Dios.

Aquí Jehová se usa para Dios, y Adonahy para el Rey venidero. Este Rey es designado por Jehová. Él es fortalecido por Jehová. Él es un Rey a quien su pueblo se reunirá con lealtad y con la perpetua frescura de la juventud. Además, por la voluntad de Jehová, debe ser tanto Sacerdote como Rey. En el poder de este nombramiento divino, Él saldrá a la conquista. El cumplimiento de cada una de sus palabras se realiza en Cristo.

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