Salmo 20:1-9

1 Al músico principal. Salmo de David.El SEÑOR te responda en el día de angustia; el nombre del Dios de Jacob te defienda.

2 Él te envíe ayuda desde su santuario y te sostenga desde Sion.

3 Tenga él memoria de tus ofrendas y acepte tu holocausto. Selah

4 Él te dé conforme a tu corazón y cumpla todos tus planes.

5 Nosotros nos alegraremos por tu salvación, y en el nombre de nuestro Dios alzaremos bandera. Cumpla el SEÑOR todos tus anhelos.

6 Ahora reconozco que el SEÑOR da la victoria a su ungido; le responderá desde su santo cielo con la fuerza liberadora de su diestra.

7 Estos confían en carros, y aquellos en caballos; pero nosotros confiamos en el nombre del SEÑOR nuestro Dios.

8 Ellos se doblegan y caen, pero nosotros nos levantamos y estamos firmes.

9 ¡Salva, oh SEÑOR! ¡Que el Rey nos oiga el día en que le invoquemos!

Ciertamente, este y los siguientes salmos están estrechamente relacionados. La primera es la oración del pueblo en nombre del rey cuando sale a la batalla. Los primeros cinco versos se cantaron a coro y expresan la conciencia de la necesidad suprema en este día de angustia. Los enemigos están reunidos, la batalla debe librarse. La ayuda debe venir del santuario y la fuerza de Sion. En el nombre de Dios deben colocarse los estandartes.

El siguiente verso es un solo. Se oye la voz del rey anunciando su confianza en Jehová. Inmediatamente el coro retoma la música y contrasta la confianza del enemigo en los carros y caballos con la confianza de los que siguen al rey en el nombre de Jehová, que es su Dios.

Siguiendo el contraste de la confianza está el problema: están inclinados y caídos; Pero hemos resucitado y estamos en pie.

Todo termina con una oración en la forma en que reconoce la realeza de Jehová. Hoy, las armas de nuestra guerra ya no son carnales, pero tenemos un conflicto que librar y los secretos de la fuerza para nosotros se revelan tan claramente aquí como para los de antaño.

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