Salmo 30:1-12

1 Cántico para la dedicación del templo. Salmo de David. Te glorificaré, oh SEÑOR, porque me has levantado y no has dejado que mis enemigos se alegren de mí.

2 Oh SEÑOR, Dios mío, a ti clamé y me sanaste.

3 Oh SEÑOR, tú has hecho subir mi alma del Seol; desde la fosa me has vuelto a la vida.

4 Canten al SEÑOR, ustedes sus fieles; celebren la memoria de su santidad.

5 Porque su ira dura solo un momento pero su favor dura toda la vida. Por la noche dura el llanto pero al amanecer vendrá la alegría.

6 Yo dije en medio de mi tranquilidad: “No seré movido jamás”.

7 Tú, oh SEÑOR, por tu buena voluntad estableciste mi monte con poder. Pero escondiste tu rostro, y quedé turbado.

8 A ti, oh SEÑOR, invocaré; al Señor suplicaré:

9 “¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?”.

10 Escucha, oh SEÑOR, y ten misericordia de mí. SEÑOR, sé tú mi ayudador.

11 Has convertido mi lamento en una danza; quitaste mi vestido de luto y me ceñiste de alegría.

12 Por eso mi alma te cantará y no callará. Oh SEÑOR, Dios mío, te alabaré para siempre.

Este es un cántico de alabanza por la liberación (1-5) y una meditación sobre la liberación y sus lecciones (6-12), con una nota final de alabanza (12). Las frases que describen el problema son tales que dejan poco lugar a la duda de que el cantante había estado enfermo y al borde de la muerte: "Tú me sanaste ... Tú has hecho subir mi alma del Seol". Además, creía que la enfermedad era un castigo divino y que a través de ella y su liberación había encontrado el método de Jehová: "Su ira es sólo por un momento; ... el llanto puede demorarse durante la noche".

El resultado de tal experiencia es de lo más alto, "vida", "alegría por la mañana". La revisión está llena de sugestión. Los días de prosperidad se habían traducido en autosatisfacción. Jehová había escondido Su rostro. ¡Ese fue el momento de Su ira y esa la noche del llanto! Hubo el regreso a Jehová en el clamor de angustia. La respuesta fue inmediata, el luto se convirtió en danza, el cilicio se cambió por alegría. ¿Para qué fue todo esto?

"Para que mi gloria te cante alabanzas y no se quede callado". La autosatisfacción no puede alabar a Jehová. Por tanto, debe corregirse mediante la disciplina. La nota final de alabanza muestra que mediante la aflicción y la liberación se ha aprendido la lección.

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