Salmo 62:1-12

1 Al músico principal. A Jedutún. Salmo de David. Solo en Dios reposa mi alma; de él proviene mi salvación.

2 Solo él es mi roca y mi salvación; él es mi refugio; no seré grandemente movido.

3 ¿Hasta cuándo se ensañarán contra un hombre? ¿Lo destrozarán todos ustedes como a una pared inclinada o una cerca derribada?

4 Solamente consultan cómo derribarlo de su eminencia. Se complacen con la mentira. Con su boca bendicen pero en su interior maldicen. Selah

5 Oh alma mía, reposa solo en Dios porque de él es mi esperanza.

6 Solo él es mi roca y mi salvación; es mi alto refugio; no seré movido.

7 Dios es mi salvación y mi gloria; en Dios está la roca de mi fortaleza y mi refugio.

8 Oh pueblos, esperen en él en todo tiempo; derramen delante de él su corazón porque Dios es nuestro refugio. Selah

9 Por cierto, vanidad son los hombres comunes; mentira son los hombres notables. Si se los pesa a todos juntos en balanza serán menos que un soplo.

10 No confíen en la opresión ni se envanezcan con la rapiña. Aunque se incremente la riqueza no pongan en ella el corazón.

11 Una vez habló Dios; dos veces he oído esto: que en Dios hay fortaleza.

12 También en ti, oh Señor, hay misericordia; pues tú pagas a cada uno según su obra.

En este salmo se expresa aún más enfáticamente el principio del último. Comienza con la declaración: Mi alma espera sólo en Dios, y luego procede en tres estrofas para exponer este hecho.

El primero se abre con las palabras que ya hemos citado, y es una afirmación de confianza hecha en presencia de enemigos. De hecho, se dirige a ellos, declarando la relación de defensa que Dios tiene con él y apelando a ellos contra su ataque malicioso. El sentido de sus enemigos está con él como se evidencia en sus palabras:

No me conmoveré mucho.

En la segunda estrofa se dirige, puño, a su propia alma, y ​​luego apela a la gente, muy probablemente a aquellos sobre los que gobierna. Se repite a sí mismo lo que ha dicho a sus enemigos sobre la relación de Dios con él; y esta vez, con la mirada fija en Dios, alcanza un mayor nivel de confianza y dice:

Preferiría que no me movieran.

Finalmente, pone las falsas ayudas de las que dependen los hombres, en contraste con la única Ayuda del hombre, que es Dios mismo. Las falsas ayudas son "hombres de bajo grado", "hombres de alto grado", "opresión", "robo", "riquezas", y se declara la debilidad e inutilidad de todos.

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