Luego se le instruye a Ezequiel que muestre su plan del templo a la gente. Se espera que el solo hecho de verlo les inspire vergüenza por su pasado; mientras que, para preservarlos de errores en los días venideros, se prometen más instrucciones para la realización del servicio. La santidad suprema debe adherirse a toda la cima de la colina del Templo, sin que ninguna parte de ella sea abandonada para ningún uso secular.

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