2 Crónicas 19:2

I. La amistad de los malvados es una de las tentaciones sociales más peligrosas a las que están sometidos los cristianos. La vida moderna en las ciudades lo ilustra con especial fuerza. (1) La riqueza del mundo está en gran parte en manos de hombres que no son amigos de Cristo. (2) En muchas comunidades, la inteligencia y la cultura también las poseen principalmente los irreligiosos. (3) Los intereses de las empresas a veces crean un peligro similar. (4) En un círculo superior de la vida, el éxito profesional a menudo tienta a un joven de mente aspirante a buscar aliarse con aquellos que no aman a Dios.

II. De esta prueba del principio cristiano, debería decirse además que la religión cristiana no requiere un aislamiento estrecho o ascético del mundo. Lo que prohíbe el principio cristiano es la búsqueda de amistades y alianzas mundanas con fines egoístas, y al peligro de la utilidad religiosa y el carácter religioso.

III. Las amistades irreligiosas de los religiosos violan el espíritu dominante de las Escrituras. Es una política de vida que empieza mal; por lo tanto, amenaza con una catástrofe al final.

IV. Enredar alianzas con el mundo a menudo implica un inmenso sacrificio de utilidad cristiana.

V. Las alianzas cristianas con los impíos no inspiran el respeto de los mismos hombres por cuyo favor fueron formadas.

VI. Amar a los que odian a Dios inflige una herida de gran severidad en los sentimientos del Señor Jesucristo. Es del Calvario que nos llega la voz a cada uno de nosotros en nuestra soledad: "¿Amarás a los que aborrecen al Señor?"

A. Phelps, The Old Testament a Living Book , pág. 55.

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