2 Crónicas 20:21

Cualquiera puede cantar el Te Deum cuando termine la batalla. La diferencia entre un hombre de guerra común y un cristiano es esta: un cristiano grita antes de la victoria, porque sabe que seguramente llegará.

I. Aprendemos aquí, primero, una lección de patriotismo. La política exterior de Ammón y Moab pareció muy brillante durante un tiempo. Llevaron todo delante de ellos, pero a su debido tiempo fueron derrocados. No debemos confiar en el número de nuestros soldados, en los recursos ilimitados de nuestro país, sino en la belleza de la santidad, en la justicia de nuestra causa, en la pureza de nuestro motivo, en una palabra en la bendición de nuestro Dios.

II. El objeto especial de la lección es ilustrar la historia de la Iglesia cristiana, porque la Iglesia cristiana está inmersa en una guerra santa. Si vamos a la guerra, debemos hacer como Josafat: debemos revestirnos del espíritu de santidad. Dios descendió para llenar los corazones de sus hijos; luego estuvieron listos para el gran trabajo. La bendición pentecostal liberó a los primeros cristianos de los tres obstáculos al progreso de la cobardía, el egoísmo y la ignorancia del Evangelio. Atrapa el espíritu de los Apóstoles y salvarás al mundo entero.

HP Hughes, Contemporary Pulpit, vol. VIP. 152.

Referencias: 2 Crónicas 20:20 . Sermones para niños y niñas, pág. 185. 2 Crónicas 20:26 . Revista homilética, vol. xi., pág. 140. 2 Crónicas 20:30 . E. Monro, Practical Sermons, vol. iii., pág. 97.

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