2 Reyes 13:18

Aquí tienes a un hombre en extrema debilidad, con su fuerza natural menguando. El hombre de guerra, el hombre de acción, en su arrebato de esperanza, viene a él; y el profeta moribundo lo reúne con su fe y su visión clara, y pone sus finos dedos sobre él, a través de los cuales el rey siente el poder eléctrico que proviene del profeta, dándole nuevas fuerzas. El santo moribundo es el más fuerte de los dos.

I. Consideremos de dónde viene esta fuerza. No a través de la confianza en uno mismo. No a través del esplendor de las acciones que ha realizado. No a través de la voluntad fría, deliberada y férrea que le da al intelecto frío y calculador del hombre poder sobre las poderosas fuerzas de la naturaleza. La confianza en uno mismo es una cosa; la fe es otra.

II. No debemos abusar de la confianza en nosotros mismos. No es el valor descarado lo que desafía el homenaje del mundo. No se puede ver la carrera de los hombres públicos o leer una biografía sin enfrentarse a las fuerzas que ha levantado la confianza en uno mismo.

III. Pero dicho esto, debemos recordar que existe un límite para los recursos naturales de esta potencia. Debido a que su confianza en sí mismo se contrae dentro del estrecho perfil de sí mismo, no tiene seguridad para su propio bienestar personal o el triunfo de su causa en ese gran futuro que está más allá de la vista. Por otro lado, por la fe te adhieres a un Poder fuera de ti, a un Poder que es infinito. Adquieres un dominio sobre los recursos que son inagotables. Echas tu fortuna con Aquel que es eterno.

IV. De esta línea de pensamiento podemos extraer estas direcciones prácticas. (1) En cuanto a la forma en que debemos probar las revelaciones de la verdad de Dios. Dios nos ha revelado ciertas verdades. Si luego rechazamos cualquier parte de una verdad que Él revela, hasta ahora no llegamos a nuestro conocimiento de Él. Como niños en la casa de nuestro Padre, tomamos las migajas mientras se nos invita a sentarnos con los santos en la cena de nuestro Señor. (2) Si Dios nos da implementos, recursos e instrumentos materiales, nuestro derecho a Su gracia auxiliar puede estar asegurado, porque debemos hacer uso de ellos al máximo.

CW Furse, Contemporary Pulpit, vol. VIP. 42.

Referencia: 2 Reyes 18:19 . HP Liddon, Penny Pulpit, núm. 544, y Esquemas del Antiguo Testamento, pág. 80.

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