Jeremias 38

Cuerdas y trapos.

I. La ayuda siempre viene de arriba. Jeremías lo encontró así. Era inútil tratar de salir de la mazmorra, solo era para caer más profundamente en el fango. "La salvación es del Señor". Ebedmelec es solo una imagen muy pobre de Jesús. El Salvador hace más que lanzar una cuerda. Él mismo viene y nos levanta.

II. Aunque Ebedmelec puede ser un tipo muy pobre de Jesucristo, es una muy buena descripción del estilo en el que un hombre puede ayudar a otro. Tenía simpatía. Su corazón bondadoso sangró al pensar en el profeta sufriente. La simpatía es la madre de la ayuda.

III. Ebedmelech no permitió que la dificultad lo disuadiera. Sabía que los enemigos del profeta no tenían escrúpulos y no dudaría en degollarlo, pero no se rindió por eso. Si quiere ayudar a los demás, tendrá que luchar contra la corriente.

IV. Ebedmelech nos enseña a ahorrar los sentimientos de aquellos a quienes ayudamos. La cuerda de la liberación no debe cortar la carne de aquellos a quienes salvamos. Podemos herir a los hombres al ayudarlos, y es posible que les guste menos el remedio que la enfermedad.

V. Entre las lecciones prácticas de esta historia se encuentra la gran verdad de que un hombre puede poner en marcha a otros. Ebedmelec acudió al rey en busca de ayuda y este le dio treinta ayudantes. "Así que redactaron Jeremías". La gran masa de gente no es original; ellos pueden imitar, y si puedes mostrarles el camino que seguirán.

VI. Aprendamos el valor de las cosas despreciadas y desechadas. El prudente chambelán había visto "bajo el tesoro los viejos tacos y los viejos trapos podridos". Nadie más vio ningún valor en ellos, pero él sabía dónde estaban y les dio un buen uso. VII. Ebedmelech descubrió que Dios paga el mejor salario.

T. Champness, Monedas nuevas del Dios antiguo.

Referencias: Jeremias 39:1 ; Jeremias 39:2 . R. Glover, Christian World Pulpit, vol. xxii., pág. 74. Jeremias 43 P. Thomson, Expositor, primera serie, vol. x., pág. 397.

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