Tito 1:1

1 Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo según la fe de los elegidos de Dios y el pleno conocimiento de la verdad — la cual es según la piedad

SIERVOS DE DIOS

'Pablo, un siervo de Dios'.

Tito 1:1

'Siervo de Dios', 'siervo de Jesucristo', este es el título con el que cada uno de los escritores de las epístolas del Nuevo Testamento se describe a sí mismo en un lugar u otro. El título indica su trabajo en la vida, el lugar que ocupan en el mundo y el objeto definido al que están dedicados todos sus poderes y actividades.

Ese carácter distinto y definido, que nos presenta la Escritura, cuando San Pablo se llama a sí mismo el siervo de Dios, puede mostrarse bajo las condiciones externas más opuestas. Pero bajo todas las diferentes formas tiene características esenciales y comunes.

I. Es exclusivo en su objeto y completo en su dedicación . —S. La entrega de Paul de sí mismo fue sin reservas.

II. Contempla como centro de todo interés y esperanza, el objeto supremo del pensamiento y la devoción humanos , una presencia más allá de los hechos de la experiencia, la experiencia del Dios invisible.

III. Acepta como medida de su trabajo y su resistencia la Cruz de Jesucristo . Por tal vida había que pagar un precio, y el precio de San Pablo era la aceptación de la comunión de la Cruz de Cristo. La semejanza de la Cruz impregna toda vida de deber y seriedad —en problemas de toda la vida, en duelo, en malentendidos, en sufrimiento injusto, en fatiga, en fracasos y derrotas— la prueba de Dios y la prueba de la fuerza se nos impone a todos.

Dean Church.

Ilustración

“No hay ninguna razón por la cual, sin extravagancia, sin entusiasmo tonto o exagerado, no deberíamos seguir creyendo que una vida como la de San Pablo es una vida natural para que la elija un cristiano. Todavía reverenciamos sus palabras; y sus palabras han encontrado eco a lo largo de la historia de la Iglesia en muchos corazones. Hay un gran pasado detrás de nosotros; un pasado que no está muerto, sino que vive, vive en cada pensamiento que pensamos y cada palabra que decimos, vive en nuestras esperanzas, en nuestras confianzas y alegría de vivir, vive en esos sentimientos elevados que nos emocionan y alivian en la tumba. ¡Que no seamos indignos de un pasado así!

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