Verso Lucas 2:14. Gloria a Dios en las alturas...  El designio de Dios, en la encarnación, era manifestar las glorias ocultas de su naturaleza, y reconciliar a los hombres entre sí y con él mismo. Por eso los ángeles declaran que esta encarnación manifestará y promoverá la gloria de Dios, εν υψιστοις no sólo en los cielos más altos, entre los órdenes más elevados de seres, sino en los grados más altos y exaltados. Pues en este asombroso despliegue de la misericordia de Dios, los atributos de la naturaleza divina que no habían sido ni podían ser conocidos de ninguna otra manera debían ser ahora exhibidos en la plenitud de su gloria, para que incluso los ángeles tuvieran nuevos objetos que contemplar, y nuevas glorias en las que exultar. Estas cosas son las que los ángeles desean contemplar, 1 Pedro 1:12, y la desean porque se sienten así interesados en ella. La encarnación de Jesucristo es un beneficio infinito y eterno. El cielo y la tierra participan de sus frutos, y por ella los ángeles y los hombres se convierten en una sola familia, Efesios 3:15.

Paz, buena voluntad para con los hombres... Los hombres están en un estado de hostilidad con el Cielo y entre ellos. La mente carnal es enemistad contra Dios. El que peca, lucha contra su Hacedor; y

"El enemigo de Dios nunca fue un verdadero amigo del hombre".

Cuando los hombres se reconcilian con Dios, a través de la muerte de su Hijo, se aman unos a otros. Tienen paz con Dios; paz en sus propias conciencias ; y paz con sus vecinos: buena voluntad habita entre ellos, habla en ellos y trabaja por ellos. Bien podría representarse este estado de salvación bajo la noción del reino de Dios, una contraparte de la felicidad eterna. Mateo 3:2.

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