Ver 1. Y aconteció después, que recorrió toda ciudad y aldea, predicando y anunciando las buenas nuevas del reino de Dios: y los doce estaban con él, 2. Y algunas mujeres, que habían sido sanadas de mal espíritus y enfermedades, María, llamada Magdalena, de la cual salieron siete demonios, 3. Y Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana, y muchas otras, que le servían de sus bienes.

TEOFILO. El que descendió del cielo, para nuestro ejemplo e imitación, nos da una lección para que no seamos perezosos en la enseñanza. Por eso se dice: Y aconteció después que se fue, etc.

GREG. NAZ. Pues Él pasa de un lugar a otro, para no sólo ganar muchos, sino también consagrar muchos lugares. Él duerme y trabaja, para santificar el sueño y el trabajo. Él llora, para dar valor a las lágrimas. Predica cosas celestiales para exaltar a sus oyentes.

TIT BOST. Porque el que desciende del cielo a la tierra, trae nuevas a los que moran en la tierra de un reino celestial Pero, ¿quién debe predicar el reino de los cielos? Vinieron muchos profetas, pero no predicaron el reino de los cielos, porque ¿cómo podrían pretender hablar de cosas que no percibían?

ISID. PELEO. Ahora bien, algunos piensan que este reino de Dios es más alto y mejor que el reino celestial, pero algunos piensan que es uno y el mismo en realidad, pero llamado con diferentes nombres; en un tiempo el reino de Dios de Aquel que reina, pero en otro el reino de los cielos de los ángeles y los santos, sus súbditos, que se dice que son del cielo.

TEÓFILO; Pero como el águila, atrayendo a sus crías para que vuelen, nuestro Señor, paso a paso, eleva a sus discípulos a las cosas celestiales. Primero enseña en las sinagogas y hace milagros. Luego elige a doce a quienes llama Apóstoles; Después los lleva solos con Él, mientras predicaba por las ciudades y aldeas, como sigue: Y los doce estaban con él.

TEOFILO. No enseñando ni predicando, sino para ser instruidos por Él. Pero para que no parezca que las mujeres fueron impedidas de seguir a Cristo, se añade: Y algunas mujeres que habían sido sanadas de malos espíritus y de enfermedades, María, llamada Magdalena, de la cual salieron siete demonios.

TEÓFILO; María Magdalena es la misma de cuyo arrepentimiento, sin mencionar su nombre, acabamos de leer. Porque el evangelista, cuando relata su marcha con el Señor, con razón la distingue por su nombre conocido, pero al describir a la pecadora pero penitente, habla de ella generalmente como mujer; no sea que la marca de su culpa anterior ennegrezca un nombre de tan gran reputación. De la cual se dice que salieron siete demonios, para que se demostrara que estaba llena de todos los vicios.

GREG. Porque ¿qué se entiende por los siete demonios, sino todos los vicios? Porque como todo tiempo está comprendido por siete días, justamente por el número siete se representa la universalidad: María, por lo tanto, tenía siete demonios, porque estaba llena de toda clase de vicios. Sigue: Y Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes.

JERÓNIMO; Era una costumbre judía, y no se consideraba reprochable, según las antiguas costumbres de esa nación, que las mujeres proporcionaran de sus bienes alimento y vestido a sus maestros. Esta costumbre, como podría ofender a los gentiles, San Pablo relata que la había desechado. Pero éstos servían al Señor de sus bienes, para que Él pudiera cosechar sus cosas carnales, de quienes habían cosechado cosas espirituales. No es que el Señor necesitara el alimento de sus criaturas, sino que pudiera dar ejemplo a los maestros, que debían contentarse con el alimento y la ropa de sus discípulos.

TEÓFILO; Pero María es por interpretación, "mar amargo", por el fuerte gemido de su penitencia; Magdalena, "torre, o más bien perteneciente a una torre", desde la torre de la que se dice, eres mi esperanza, mi torre fuerte frente a mi enemigo. Juana es, por interpretación, "el Señor su gracia", o "el Señor misericordioso", porque de Él proviene todo aquello en lo que nos sumergimos. Pero si María, limpiada de la corrupción de sus pecados, apunta a la Iglesia de los gentiles, ¿por qué Juana no representa a la misma Iglesia anteriormente sujeta al culto de los ídolos?

Porque todo espíritu maligno, mientras actúa para el reino del diablo, es como si fuera un mayordomo de Herodes. Susanna se interpreta, "un lirio", o su gracia, por la fragancia y la blancura de la vida celestial, y el calor dorado del amor interior.

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