Salmo 13:1-6

1 Al músico principal. Salmo de David. ¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?

2 ¿Hasta cuándo tendré conflicto en mi alma y todo el día angustia en mi corazón? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?

3 ¡Mira; respóndeme, oh SEÑOR, Dios mío! Alumbra mis ojos para que no duerma de muerte.

4 No sea que mi enemigo diga: “¡Lo vencí!”. Mis enemigos se alegrarán si yo resbalo.

5 Pero yo confío en tu misericordia; mi corazón se alegra en tu salvación.

6 Cantaré al SEÑOR porque me ha colmado de bien.

En Salmo 13 el justo es reducido al punto más bajo de angustia en cuanto llega el mal de los hombres. Es como si Dios se hubiera olvidado total y definitivamente de él. Su enemigo se exaltó sobre él, y él tomó consejo en su corazón; pero luego clama, mira a Jehová para que lo escuche, no sea que perezca por un lado, y su enemigo por el otro tenga que decir que ha prevalecido. Pero él es oído, y canta a Jehová, en cuya misericordia había confiado, y quien al fin lo trata con generosidad.

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