Amos muestra nuevamente que en vano las grandes personas confiaron en su riqueza y lugares fortificados; porque esto no puede impedir que Dios los lleve al castigo. Como entonces la abundancia ciega a los hombres, y como se imaginan a sí mismos como inaccesibles, especialmente cuando viven en grandes palacios, el Profeta aquí declara que estas casas no serían impedimento para evitar que la venganza de Dios se abriera paso; Luego destruiré la casa de invierno junto con la casa de verano. Amós sin duda pretendía con esta paráfrasis designar los palacios. Los pobres consideran que es suficiente tener una casa de campo tanto para el invierno como para el verano; porque no cambian las partes de sus edificios, a fin de habitar el calor en invierno, y refrescarse en el frío durante el verano: los pobres no poseen tal ventaja, porque están contentos con la misma vivienda durante toda la vida. Pero mientras los ricos buscaban calor en invierno y tenían sus compartimientos de verano, el Profeta dice que sus grandes y magníficos edificios no serían una protección para los ricos, porque la venganza de Dios penetraría a través de ellos; Destruiré luego el invierno con la casa de verano

Y luego dice: Fallarán las casas de marfil. Ahora vemos más claramente que el Profeta habla aquí contra los ricos y los ricos, que habitaban espléndidos y magníficos palacios. Las casas de marfil perecerán, y las grandes casas fracasarán; algunos dicen, muchas casas, pero de manera inadecuada; porque el Profeta continúa la misma idea; y como antes había mencionado las casas de marfil, ahora las llama grandes casas; porque no solo fueron construidas para su uso y conveniencia, como las casas comunes y plebeyas, sino también para mostrar y exhibir; Porque sabemos que los ricos son siempre generosos y profundos, no solo en su mesa y vestido, sino también en sus palacios. Este es el significado. Ahora sigue

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