3. Pero fornicación. Este capítulo, y el Colosenses 3, contienen muchos pasajes paralelos, que un lector inteligente no tendrá pérdida para comparar sin mi ayuda. Aquí se enumeran tres cosas que el apóstol desea que los cristianos sostengan con tal aborrecimiento que ni siquiera serán nombrados, o, en otras palabras, serán completamente desconocidos entre ellos. Por impureza quiere decir todas las lujurias bajas e impuras; para que esta palabra difiera de fornicación, solo como toda la clase difiere de un solo departamento. El tercero es la codicia, que no es más que un deseo desmedido de ganancia. A este precepto agrega la declaración autorizada, que no exige nada de ellos sino lo que se convierte en santos, excluyendo manifiestamente del número y la comunión de los santos a todos los fornicarios, y a las personas impuras y codiciosas.

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