16. Ve y reúnete. Debido a que no fue fácil reunir a todo el pueblo en un solo lugar, o para que su comisión fuera escuchada por una multitud tan grande, se le ordena a Moisés que comience con los ancianos y les hable sobre su próxima liberación, para que puedan así, por su autoridad, despiertan el cuerpo de la gente a una buena esperanza. Para su destitución debe buscarse del rey en nombre de todos, y todas sus mentes preparadas para la partida; ya que, a menos que lo hayan notado oportunamente, no habría habido un consentimiento general para abrazar la misericordia de Dios. Era entonces de gran importancia que la vocación de Moisés fuera bien conocida, para que pudieran seguirlo valientemente como el líder puesto por Dios sobre ellos. Él no expresa sin un propósito, que el Dios que había sido visto por él, era el Dios de Abraham, Isaac y Jacob; porque la visión, que de otra manera no habría sido acreditada por la gente, dependía del antiguo pacto que se depositó con ellos. Por lo tanto, para obtener fe en sus palabras, Moisés les recuerda que la liberación, que ahora estaba a punto de tratar, y de la cual Dios lo designó como líder, se prometió anteriormente en Abraham, Isaac y Jacob. Por último, debido a que generalmente recibimos con dificultad lo que es nuevo y extraño, Moisés, por lo tanto, establece su fundamento en las viejas revelaciones, que estaban fuera del alcance de la duda. Pero él repite lo que había relatado antes para que se lo dijera a sí mismo, exponiendo así a los demás lo que había escuchado en privado para asegurarle su vocación. Sabemos que cuando Dios no nos socorre de inmediato en nuestras adversidades, nuestras mentes se cansan del dolor y se hunden en la desesperación; porque pensamos que Dios no se preocupa por nosotros. Por lo tanto, para que las mentes de los israelitas no se desanimen, se le ordena a Moisés que les diga que es hora de que Dios los recuerde; y, aunque puede parecer que no contempla por un tiempo, no olvidará para siempre a su propia gente. Lo que sigue, que las lesiones causadas por los egipcios habían sido tenidas en cuenta, se agrega en la confirmación; porque, dado que es juez del mundo, no puede dejar de crecer como vengador después de una larga resistencia a la injusticia y la tiranía. Aprendamos también de este pasaje, cuando Dios parece apartar su rostro de nosotros, demorando para ayudarnos, a esperar pacientemente hasta que nos mire a su debido tiempo; ya que su olvido es solo temporal, cuando nos entrega a la voluntad de nuestros enemigos. He mostrado en otra parte cómo deben entenderse estas frases, a saber, que según la estimación de nuestros propios sentidos, las cosas se atribuyen a Dios que no le pertenecen adecuadamente.

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