4. Su señora fue menospreciada a sus ojos. Aquí Moisés relata que pronto siguió el castigo por la precipitación excesiva. La principal culpa recaía en Sarai; sin embargo, debido a que Abram se mostró demasiado crédulo, Dios los castiga a ambos como se merecen. Sarai es gravemente y amargamente probada por el orgulloso desprecio de su sierva; Abram es acosado por quejas injustas; así vemos que ambos pagan el precio de su ligereza, y que el plan ideado por Sarai y abrazado demasiado ansiosamente por Abram no tiene éxito. Mientras tanto, en Hagar, se nos presenta un ejemplo de ingratitud, porque ella, después de haber sido tratada con singular amabilidad y honor, comienza a menospreciar a su señora. Sin embargo, dado que esta es una enfermedad mental sumamente común, que los fieles se acostumbren a soportarla; si en algún momento se les devuelve de manera tan injusta por sus actos de bondad. Pero sobre todo, que la debilidad de Sarai nos mueva a actuar de esta manera, ya que no pudo soportar el menosprecio de su sierva.

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