3. Y Abraham se levantó temprano en la mañana. Esta prontitud muestra la grandeza de la fe de Abraham. Innumerables pensamientos podrían haber pasado por la mente del santo; cada uno de los cuales habría abrumado su espíritu, a menos que lo hubiera fortalecido con la fe. Y no hay duda de que Satanás, durante la oscuridad de la noche, habría acumulado en él una vasta cantidad de preocupaciones. Superarlas gradualmente, luchando contra ellas, era parte de un coraje heroico. Pero una vez vencidas, inmediatamente ponerse en marcha para cumplir el mandato de Dios, e incluso levantarse temprano por la mañana para hacerlo, fue un esfuerzo notable. Otros hombres, abrumados por un mensaje tan aterrador, habrían desfallecido y habrían permanecido inertes, como si les hubieran quitado la vida; pero el amanecer apenas llegaba lo suficientemente temprano para la prisa de Abraham. Por lo tanto, en pocas palabras, Moisés ensalza altamente su fe al declarar que superó, en un espacio de tiempo tan corto, la misma tentación que estuvo llena de muchos laberintos.

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