15. Antes de que terminara de hablar. La secuela demuestra suficientemente que su deseo no había sido tontamente concebido. Porque la rapidez de la respuesta manifiesta la extraordinaria indulgencia de Dios, quien no deja que el hombre sea acosado por la ansiedad por mucho tiempo. Rebeca había dejado su casa antes de que él comenzara a rezar; pero debe mantenerse que el Señor, a cuya disposición están tanto los momentos del tiempo como los caminos del hombre, lo había ordenado a ambos lados para dar una clara manifestación de su Providencia. Porque a veces nos mantiene más tiempo en suspenso, hasta que, cansados ​​de orar, parece que hemos perdido nuestro trabajo; pero en este asunto, para que su bendición no parezca dudosa, intervino de repente. Lo mismo también le sucedió a Daniel, a quien se le apareció el ángel, antes de la conclusión de su oración. (Daniel 9:21.) Ahora, aunque con frecuencia sucede que, debido a nuestra pereza, el Señor se demora en otorgar nuestras solicitudes, en estos momentos es conveniente para nosotros que lo que pedimos sea retrasado. Mientras tanto, él ha demostrado abierta y conspicuamente, con ejemplos incuestionables, que aunque el evento no responda de inmediato a nuestros deseos, las oraciones de su pueblo nunca son en vano: sí, su propia declaración, que antes de llorar es consciente de sus deseos, se cumple invariablemente. (Isaías 65:24.)

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