16. Lo que me darás, etc. Tamar no deseaba obtener un beneficio por la prostitución de su persona, sino tener una cierta promesa, en orden para que ella se jactara de la venganza por la herida que había recibido: y de hecho no hay duda de que Dios cegó a Judá, como se lo merecía; porque ¿cómo sucedió que no conocía la voz de su nuera, con la que había estado familiarizado? Además, si se debe hacer una promesa por el niño prometido, ¿qué locura entregar su anillo a una ramera? Paso por alto lo absurdo de que él haga una doble promesa. Parece, por lo tanto, que él fue privado de todo juicio; y por ninguna otra causa están escritas estas cosas por Moisés, que para enseñarnos que su mente miserable fue oscurecida por el justo juicio de Dios, porque, al amontonar pecado sobre pecado, él había apagado la luz del Espíritu.

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