53. Y los siete años ... se terminaron. Ya la anterior fertilidad no deseada, que demostraba que José había sido un verdadero profeta, le había adquirido un nombre y reputación; y de esta manera los egipcios habían sido restringidos de levantar cualquier tumulto contra él. Sin embargo, es maravilloso que un pueblo tan orgulloso haya llevado, en tiempos de prosperidad, la regla de un extranjero. Pero la hambruna que siguió demostró ser un freno más agudo y severo para la subyugación de sus espíritus nobles y feroces, para que pudieran ser sometidos a la autoridad. Cuando, sin embargo, Moisés dice que había maíz en toda la tierra de Egipto, mientras que las regiones vecinas sufrían hambre, parece indicar que el trigo también había sido cultivado por personas privadas. Y, de hecho, (como hemos dicho en otra parte), era imposible, pero el rumor de la inminente hambruna se difundiría en el extranjero e infundiría temor y solicitud en todas partes, de modo que cada persona se abastecería. Sin embargo, por previsor que sea cada uno, lo que habían conservado se consumiría en poco tiempo. De donde apareció con la habilidad y la prudencia que José había percibido desde el principio, que Egipto no estaría a salvo, a menos que las provisiones se reunieran públicamente bajo la mano del rey.

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