15. Reduciré montañas y colinas a un desierto. El Profeta quiere decir que todas las defensas y fuerzas militares sobre las cuales los malvados se hinchan no evitarán que Dios ponga en libertad a su pueblo. Era necesario que esto se agregara a las declaraciones anteriores; porque cuando vemos enemigos extremadamente poderosos y casi invencibles, temblamos y no buscamos la ayuda de Dios, que sería necesaria para mantener nuestra fe fuerte. En este punto, por lo tanto, el Profeta habita, para mostrar que ningún poder o ejército en absoluto puede resistir al Señor cuando desea liberar a su pueblo. En resumen, muestra que habrá tal revolución, que aquellos que antes eran los más poderosos serán aplastados y no ganarán nada con todos sus intentos contra él.

Tal parece ser el significado claro de este pasaje, y no hay necesidad de entrar en especulaciones ingeniosas, como lo han hecho algunos, quienes, en una interpretación alegórica de estas palabras, pronuncian que "montañas y colinas" son ciudades. , y por hierba los hombres que los habitan. Pero no hay necesidad de perseguir tales refinamientos; porque simplemente declara que Dios es lo suficientemente poderoso como para cumplir sus promesas y liberar a su Iglesia, porque superará fácilmente todas las dificultades que se presenten a nuestros ojos. Esta declaración corresponde también a otras predicciones que hemos visto anteriormente, en las cuales el Profeta enseñó que tan pronto como Dios haya decidido ayudar a su pueblo, su poder no se limita a los medios naturales, sino que milagrosamente rompe cada obstrucción que parece obstaculizar su paso.

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