3. Un pueblo que me provoca. Aquí describe e ilustra más ampliamente en qué aspectos los judíos fueron rebeldes contra Dios. Fue porque habían abandonado el mandato de Dios y se habían contaminado por varias supersticiones. Había dicho un poco antes (Isaías 63:17) que los judíos se habían alejado de Dios, porque vagaron tras sus inventos; y ahora señala el fruto de ese libertinaje, que, al dar rienda suelta a sus pensamientos, volcaron la adoración pura de Dios. Y sin duda este es el origen de todas las supersticiones, que los hombres están encantados con sus propios inventos y eligen ser sabios a sus propios ojos en lugar de restringir sus sentidos en obediencia a Dios. En vano, los hombres presentan sus devociones, como las llaman, y sus buenas intenciones, que Dios tiene con tanto aborrecimiento y odio que quienes las han seguido son culpables de romper el pacto y abandonar su lealtad; porque no hay nada que debamos emprender por nuestra propia cuenta, pero debemos obedecer a Dios cuando él lo ordena. En una palabra, el comienzo y la perfección de la adoración legal es una disposición a obedecer.

Con la palabra "provocar", describe la insolencia de la gente, que deliberadamente, por así decirlo, provocó a Dios y no tuvo reverencia por su majestad para someterse a su autoridad. Y él aumenta la descripción diciendo: A mi cara; ya que se puede decir que Dios está presente y en realidad es visto por aquellos a quienes advierte por su palabra, pecan más atrozmente y son culpables de mayor descaro y rebelión que aquellos que nunca escucharon la palabra.

Ese sacrificio en jardines y ofrece incienso en ladrillos. Menciona los "jardines" que habían consagrado a sus ídolos, y dice que ellos lo provocaron. Algunos piensan que los "ladrillos" se mencionan a modo de desprecio, y se contrastan indirectamente con el altar en el que solo Dios deseaba que se sacrificaran; y en consecuencia piensan que aquí él menciona los techos en los que las personas supersticiosas solían ofrecer sacrificios; porque estaban hechos de "ladrillos". Pero creo que significa simplemente los altares que habían construido para los ídolos; porque, aunque no carecían de la pretensión plausible de desear imitar esa forma de altar que Dios había prescrito, Dios lo aborrecía porque era contrario a su palabra.

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