16. Y, he aquí, los cielos se le abrieron. La apertura de los cielos a veces significa una manifestación de la gloria celestial; pero aquí significa también una hendidura, o apertura, del cielo visible, para que John pueda ver algo más allá de los planetas y las estrellas. Las palabras de Mark no pueden tener otro significado, él vio los cielos hendidos en pedazos (296) Una investigación exacta sobre la forma en que se hizo esta apertura, sería sin importancia, ni es necesario. Es suficiente para nosotros creer que fue un símbolo de la presencia Divina. Como los evangelistas dicen que Juan vio al Espíritu Santo, es probable que la apertura de los cielos fuera principalmente por su cuenta. Sin embargo, no dudo en admitir que Cristo también, en lo que fue hombre, recibió de él certeza adicional en cuanto a su llamamiento celestial. Esta parece ser la tendencia de las palabras de Lucas: mientras Jesús estaba orando, se abrió el cielo (Lucas 3:21 :), aunque sus oraciones siempre se dirigieron hacia el beneficio de los demás, pero como hombre , cuando comenzó una guerra de una descripción tan ardua, necesitaba estar armado con un notable poder del Espíritu.

Pero aquí surgen dos preguntas. La primera es, ¿por qué el Espíritu, que anteriormente había morado en Cristo, descendió sobre él en ese momento? Esta pregunta es respondida por un pasaje del profeta Isaías, que será manejado en otro lugar.

“El Espíritu del Señor Dios está sobre mí; porque el Señor Dios me ha ungido para predicar buenas nuevas a los mansos; me ha enviado para atar a los quebrantados de corazón ”(Isaías 61:1).

Aunque la gracia del Espíritu fue otorgada a Cristo de una manera extraordinaria y extraordinaria (Juan 3:34), sin embargo, permaneció en su hogar como una persona privada, hasta que el Padre lo llamó a la vida pública. Ahora que ha llegado el tiempo completo, para prepararse para desempeñar el cargo de Redentor, está vestido con un nuevo poder del Espíritu, y eso no tanto por su propio bien, como por el bien de los demás. Fue hecho a propósito, para que los creyentes puedan aprender a recibir y contemplar con reverencia su poder divino, y que la debilidad de la carne no lo haga despreciado.

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