El Profeta, como he dicho, expresa más claramente aquí la razón por la cual la venganza de Dios sería tan severa para los ninivitas, porque se habían entregado totalmente a la crueldad bárbara; y por eso lo llama la ciudad sangrienta. Ciudad sangrienta! él dice. La exclamación es enfática. Aunque הו, eu, a veces significa ¡Ay! sin embargo, se pone aquí como si el Profeta hubiera obligado a Nínive a sufrir su castigo, oh ciudad sangrienta, entonces, todo está lleno de כחש caché: la palabra significa flaqueza y el Profeta sin duda une aquí dos palabras, que parecen diferir ampliamente, y sin embargo significan lo mismo. Para פרק, perek, significa descansar por; y כחש, cachesh, se toma como una mentira o vanidad, cuando no hay nada sólido en lo que se dice: pero el Profeta, dudo que no, signifique con ambas palabras el botín de la ciudad de Nínive. Estaba entonces lleno de delgadez porque había consumido a todos los demás; También estaba lleno de botín, porque se había llenado. Pero el significado del Profeta no es de ninguna manera dudoso; porque al fin él agrega, Partir no será la presa; es decir, como algunos piensan, no será retirado de las manos de los conquistadores; pero otros piensan más correctamente que se pretende una libertad continua en el saqueo, que los asirios fueron constantemente empleados en el saqueo y se mantuvieron sin límites.

Por lo tanto, vemos que el Profeta ahora muestra por qué Dios dice que sería un adversario para los ninivitas, porque no podría soportar su crueldad injusta. Él lo soportó de hecho por un tiempo; porque no ejecutó de inmediato su juicio; pero aun así nunca olvidó a su propia gente.

Como, entonces, Dios una vez declaró por boca de su Profeta que él sería el vengador de la crueldad que los asirios habían ejercido, infórmenos que aún conserva su propia naturaleza; y cualquiera que sea la libertad que pueda otorgar por un tiempo a los tiranos y las bestias salvajes salvajes, sigue siendo un vengador justo. Es nuestro deber con calma soportar heridas y gemirle; y como él promete ser nuestro ayudante, nos comporta huir hacia él y pedirle que nos ayude, de modo que al ver a su Iglesia oprimida y a los tiranos ejerciendo su poder con licencia, puede apresurar el tiempo para contenerlos. Si entonces estuviéramos en todo momento para continuar resignados bajo la protección de Dios, no hay duda de que él estaría listo incluso en este día para ejecutar un juicio similar al que la ciudad Nínive y su gente tuvieron que soportar.

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