26. También en el día de los primeros frutos. Moisés entrega el mismo mandamiento que a otro festival, a saber, aquel en el que ofrecieron sus primicias. Luego, también, les instruye, el sacrificio continuo debía incrementarse mediante la adición de dos bueyes, un carnero, siete corderos, una cabra para una ofrenda por el pecado, junto con el minha y una libación, con el objeto, del cual Ya he hablado Aquí surge una dificultad desconcertante, porque en Levítico 23, se menciona un becerro en lugar de dos y, por el contrario, dos carneros en lugar de uno. (238) Algunos piensan que se dejó una opción a los sacerdotes en este asunto; pero cuando considero cuán precisamente se dieron los mandamientos de Dios en todo, me pregunto si tal alternativa se dejó a su discreción. La idea de que Dios se había contentado con un solo buey, como algunos piensan, porque no abundaban en el desierto, me parece un subterfugio. Confieso que no sé cómo salir de esta dificultad, a menos que tal vez digamos que, en la medida en que se haya hecho una provisión suficientemente exacta, en todos los demás detalles, que no se debe hacer nada sin razón, a este respecto solo se les recordó que Dios en sí mismo no se preocupa por víctimas mayores o menores. Tampoco ninguna reverencia nos impide decir que, como a veces sucede en asuntos menores, un número equivocado puede haberse arrastrado por la negligencia de los escribas; (239) y esta es probablemente la solución más natural. La lectura más correcta, en mi opinión, es que deberían ofrecer dos bueyes y un carnero; pero como se explica en otra parte por qué Dios designó este día, solo recita brevemente aquí: "Cuando traen el fainha con las primicias".

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