11. Y se llevaron todo el botín. Era una señal de su desinterés y modestia, que trajeron el botín, que habían tomado en el ardor de la batalla, a Moisés y Eleazar; ni tampoco fue una simple ceremonia vacía y pomposa, ya que muchos alardean alardeando de la riqueza que desean guardar para sí mismos; pero su intención era aceptar la determinación de Moisés en cuanto a su distribución. Porque cuando Moisés poco después asigna la mitad a la gente, están tan lejos de rebelarse contra su decisión, que ni siquiera murmuran. Está claro, entonces, que a este respecto no eran menos sumisos de lo que habían sido cuando, al principio, tomaron las armas y salieron valientemente a la batalla, mientras que el resto descansaba silenciosamente fuera del alcance de los dardos. .

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