13. ¡Pero a ti he llorado, oh Jehová! Puede haber habido un cierto grado de intemperancia en el lenguaje del profeta que, como he concedido, no puede justificarse por completo; pero aun así era una señal de rara fe y piedad perseverar como lo hizo con una seriedad inquebrantable en la oración. Esto es lo que significa cuando dice que se apresuró por la mañana; por el cual nos haría no imaginar que se demoraba lenta y fríamente hasta que se vio limitado por la extrema necesidad. Al mismo tiempo, intima modestamente con estas palabras, que su aflicción en las continuas miserias no se debía a su propia lentitud, como si no hubiera buscado a Dios. Este es un ejemplo particularmente digno de mención, de que es posible que no nos desanimemos si sucede a veces que nuestras oraciones no tienen éxito durante un tiempo, aunque pueden proceder del corazón y pueden ser perseguidas asiduamente.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad