Que todas vuestras cosas se hagan con caridad. Esto, según algunos, no es caridad sobrenatural, sino el afecto sincero que pueden tener los penitentes o incluso los incrédulos. Pero esta no es la caridad que la Escritura y San Pablo recomiendan a los fieles, sino simplemente el amor natural que tienen los paganos. El sentido propiamente dicho es, por tanto: "Haced todas vuestras obras, oh corintios, no por ambición, ni por contienda ni por cisma, como os dije en los caps.

ii. y xiv., sino en la caridad cristiana, que es una virtud divina infundida en vosotros por Cristo." Esto es en parte un precepto, en parte un consejo de perfección, como se señaló en las notas del cap. x. 31.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento