Después se escucha una voz - Después del rayo; es decir, el destello se ve antes de que se escuche el trueno. Esto es evidente para todos, el intervalo entre el rayo y la audición del trueno depende de la distancia. Lucrecio, que se ha referido al mismo hecho, compara esto con lo que ocurre cuando se ve a un leñador a distancia para empuñar un hacha. La mirada del hacha se ve mucho antes de que se escuche el sonido del golpe:

Sed tonitrum fit uti post antibus accipiamus,

Fulgere quam cernunt ocuil, quia semper ad aures

Tardius adveniunt, quam visum, guam moveant res.

Nunc etiam licet id cognoscere, caedere si quem

Ancipiti videas ferro procul arboris actum.

Ante fit, ut cernas ictum, quam plaga per aures

Det sonitum: Sic fulgorem quoque cernimus ante.

Lib. vi.

Truena con la voz de su excelencia - Es decir, con una voz de majestad y grandeza.

Y no se quedará con ellos - Es decir, no retendrá la lluvia, el granizo y otras cosas que acompañan a la tormenta, cuando comience a tronar. "Rosenmuller". O, según otros, no se detendrá y restringirá los relámpagos cuando comience el trueno. Pero la conexión parece más bien exigir que comprendamos los acompañamientos habituales de una tormenta: el viento, el granizo, la lluvia, etc. Herder dice: "No podemos explorar sus truenos". Prof. Lee: "Y nadie puede rastrearlos, aunque se escuche su voz". Según él, el significado es que "a pesar de que esta exhibición del poder de Dios es grande y fabulosa, aún el progreso de estos, sus ministros, no puede ser seguido por el ojo mortal". Pero la interpretación usual que se le da a la palabra hebrea es la de "retener" o "retrasar", y esta idea concuerda bien con la conexión.

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