Entonces invoqué a I sobre el nombre del Señor - Sobre el Señor. No tuve otro refugio. Sentí que debía perecer a menos que él se interpusiera, y le supliqué liberación y vida. Compare las notas en Salmo 18:6.

Oh Señor, te ruego, libra mi alma - Mi vida. Sálvame de la muerte. Este no fue un grito de salvación, sino de vida. Sin embargo, es un ejemplo para nosotros invocar a Dios cuando sentimos que el alma está en peligro de perecer, ya que, como en el caso del salmista, no tenemos otro refugio que Dios.

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