Su rostro está rojo por el llanto y sus párpados estaban de color oscuro, ambos indicativos de dolor. Sin embargo, era inocente, no había practicado ningún tipo de violencia y sus oraciones habían sido puras. Había servido a los demás ya Dios en pura conciencia. "¿Por qué debería estar en tal tormento cuando no era una persona terrible?" (Bible Knowledge Comm. p. 738).

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Antiguo Testamento