David, habiendo enumerado todos sus dones destinados a la construcción del templo, exhorta a los príncipes y al pueblo a hacer sus ofrendas, lo que hacen de buena gana. David reconoce que no se le da nada a Dios, sino lo que antes se había recibido de Él. Salomón es ungido por segunda vez. Muerte de David.

Antes de Cristo 1015.

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